El programa «La violencia no es un juego» del Instituto Andaluz de la Mujer llegó el miércoles al colegio Los Millares. Allí la técnico del IAM, Ana Magallanes, realizó durante dos horas una actividad de coeducación y prevención con estudiantes de quinto de Primaria.
Los talleres de «La violencia no es un juego» se están impartiendo en ochenta centros educativos de Andalucía, de los que diez son en la provincia de Almería. A través de ellos se trabaja una metodología de carácter activo y participativo con el alumnado, centrados en valores no sexistas e igualitarios, donde se da especial atención a la resolución de conflictos sin hacer uso de la violencia. El objetivo fundamental es, por lo tanto, prevenir conductas violentas y relaciones de poder basadas en el género. Ana Magallanes explicaba que la iniciativa trata de romper estereotipos sexistas a través de cuentos, los cuales narran una imagen de los protagonistas diferente de la que suelen ofrecer los cuentos tradicionales. Concretamente, «Mijita» es la duenda que viene de un bosque mágico donde hay animales muy distintos a los que aparecen en otros cuentos. Hay hipopótamos grandes que sienten miedo, elefantes que cuidan de sus elefantitos, animales que se arreglan demasiado o incluso algunos que abusan de las relaciones de poder. Muestran con esta dinámica que niños y niñas pueden compartir juguetes, profesiones, gustos, colores o actividades, para que tengan un referente más igualitario. La monitora de la actividad señalaba que con 5 y 6 años los pequeños establecen ya sus estereotipos sexistas y se muestran condicionados socialmente a la hora de realizar determinadas acciones, como por ejemplo, elegir un tipo de juguete. Añadía a su vez, que es fundamental que desde los 5 años no tengan ese concepto de sentir que tienen más opinión que otras personas, más derecho a jugar o más derecho a utilizar el espacio libre. Por ello trabajan para que las relaciones sean de igual a igual y no existan relaciones de poder. Ana Magallanes resaltaba que ellos reconocen que se lo pasan mejor jugando juntos y recomendaba que ahora que llega la Navidad, se opte por regalar sin pensar en el sexo de cada uno, sino simplemente en los gustos. «El juguete enseña cosas y si limitamos el juguete a los niños o a las niñas les estamos limitando capacidades», concluía.